En la sala de ensayos de Euritmia, los dos estuvieron afinando un concierto que muchos expertos anticipan como un platillo de lujo del II Festival de Tamborimba, un homenaje al tambor y la marimba.
Cada que Alfredo Naranjo toca las teclas de aluminio va soltando una cascada de música que le estremece el corazón a cualquiera. A su lado, Luisito Quintero, con el alma entregada a un timbal, le sigue y le va marcando la huella sonora a esa melodía que le van a regalar este domingo a los rumberos en Cali.
Son venezolanos, tienen la misma edad y ambos están metidos en el mundo de la percusión, pero es la primera vez que van a compartir la tarima. Luis es el mayor de los seis hijos de la dinastía Quintero, que forjaron Zoila de Quintero y Armando Quintero. "Un percusionista de verdad, toca todos los instrumentos de la percusión, y eso es lo que yo hago", dice el artista de 41 años.
Es nadie menos que ese niño que empezó su carrrera a los 8 años de edad atraído por sus mayores y que luego se metió a tocar timbal al lado de artistas de diferentes géneros como The Rolling Stone, Santana, Franco de Vita, Marc Anthony, Linda Caballero (La India) y Celia Cruz.
Naranjo, con estudios en solfeo, armonía, contrapunto y percusión, no es tanto como el polo opuesto, por su tez morena o la sabiduría y tranquilidad que manifiesta cuando habla. Es más bien el maestro del que todo alumno quisiera aprender siempre, sin distinción del tema a tratar. Es uno de los máximos exponentes de la salsa y el jazz latino de Venezuela.
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